Diferencias en estatus social entre roles en ¿bullying¿: un análisis sociométrico
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2014Publicado en:
Bordón : revista de pedagogía. 2014, Vol. 66, n. 2 ; p. 29-42Resumen:
Numerosos estudios señalan que tanto en agresores como en víctimas del bullying se aprecian situaciones de exclusión y rechazo y que esta realidad está dificultando su intervención. El objetivo de este estudio es conocer cómo están situados los protagonistas del bullying en la trama de relaciones interpersonales del grupo, comprobando la relación entre estatus social percibido por los compañeros del aula y rol asociado al bullying. En una muestra de 1478 escolares de ESO (47,8% chicos y 48,4% chicas) de entre 11 y 18 años (Media=14.48; dt= 1.43), se administró el test Bull-S para la asignación de los sujetos a los diferentes roles en bullying (agresor, víctima, víctima-agresor y otro) y conocer el estatus social (popular, rechazado, aislado o promedio) de cada individuo dentro del grupo. Los datos se sometieron a análisis de contingencias con la prueba Chi-cuadrado para conocer si existían diferencias entre los subgrupos. Se apreciaron 145 agresores, 129 víctimas y 13 víctimas-agresores, siendo 19,4 el porcentaje de implicados. Encontramos diferencias significativas entre implicados y no implicados en bullying en cuanto al estatus, siendo los otros los mejor situados. Comparando los niveles de popularidad y el rol en bullying, encontramos que: el estatus ¿popular¿ resultó más frecuente entre los otros seguido de los agresores; el estatus ¿rechazado¿ resultó más frecuente entre las víctimas-agresoras, seguidos de las víctimas; el estatus ¿aislado¿ es más frecuente entre los otros, seguidos de víctimas y agresores. Los escolares implicados en la dinámica bullying presentan una posición social más negativa que los no implicados, destacando las víctimas frente a los agresores que obtienen cierta relevancia social. Por tanto, la estructura socio-afectiva contribuye a mantener el bullying y su análisis debería orientar las actuaciones preventivas para la mejora de la convivencia escolar.
Numerosos estudios señalan que tanto en agresores como en víctimas del bullying se aprecian situaciones de exclusión y rechazo y que esta realidad está dificultando su intervención. El objetivo de este estudio es conocer cómo están situados los protagonistas del bullying en la trama de relaciones interpersonales del grupo, comprobando la relación entre estatus social percibido por los compañeros del aula y rol asociado al bullying. En una muestra de 1478 escolares de ESO (47,8% chicos y 48,4% chicas) de entre 11 y 18 años (Media=14.48; dt= 1.43), se administró el test Bull-S para la asignación de los sujetos a los diferentes roles en bullying (agresor, víctima, víctima-agresor y otro) y conocer el estatus social (popular, rechazado, aislado o promedio) de cada individuo dentro del grupo. Los datos se sometieron a análisis de contingencias con la prueba Chi-cuadrado para conocer si existían diferencias entre los subgrupos. Se apreciaron 145 agresores, 129 víctimas y 13 víctimas-agresores, siendo 19,4 el porcentaje de implicados. Encontramos diferencias significativas entre implicados y no implicados en bullying en cuanto al estatus, siendo los otros los mejor situados. Comparando los niveles de popularidad y el rol en bullying, encontramos que: el estatus ¿popular¿ resultó más frecuente entre los otros seguido de los agresores; el estatus ¿rechazado¿ resultó más frecuente entre las víctimas-agresoras, seguidos de las víctimas; el estatus ¿aislado¿ es más frecuente entre los otros, seguidos de víctimas y agresores. Los escolares implicados en la dinámica bullying presentan una posición social más negativa que los no implicados, destacando las víctimas frente a los agresores que obtienen cierta relevancia social. Por tanto, la estructura socio-afectiva contribuye a mantener el bullying y su análisis debería orientar las actuaciones preventivas para la mejora de la convivencia escolar.
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