@article{11162/71521, year = {1975}, url = {http://hdl.handle.net/11162/71521}, abstract = {Por mucho que avance el estudio del niño, no podrá ofrecernos nunca los últimos y supremos resortes de la educación porque en ella el maestro es el factor fundamental. Nada podrá hacer el maestro sin conocer al niño, pero su conocimiento es el punto de partida de su labor. El maestro se ofrece como el órgano de la tradición, pero que no se olvide que la transmisión de la cultura es una continuidad que no puede interrumpirse. El maestro debe sentirse órgano de la historia, pero esta se integra con el pasado y el porvenir. Lo esencial en la cultura no son sus productos, siempre provisionales, sino su proceso de formación, y el maestro debe enseñarla como algo que se hace eternamente y no debe enseñarla para que se la aprenda, sino para que se aprenda a colaborar en ella. Si el maestro al transmitir la cultura no logra interesar los espíritus para asociarlos a ella, la cultura se agota y se disipa entre sus manos. De esta disciplina uniforme protesta su personalidad intensa y acusada, y frente a su rigidez, opone la espontaneidad, que tiende a escapar por todas partes, y frente a su mecanización opone su originalidad y tendencia al ensayo y a la innovación. Para unos maestros este niño sería el rebelde que se escapa de sus manos; para los otros, es un haz de posibilidades y esperanzas.}, booktitle = {Revista de educación. 1975, n. 241 ; p. 151-153}, keywords = {historia de la educación}, keywords = {profesor}, keywords = {rol del profesor}, keywords = {pedagogía experimental}, keywords = {España}, title = {El maestro, órgano de cultura}, author = {Barnés, Domingo}, }