@article{11162/67237, year = {2003}, url = {http://hdl.handle.net/11162/67237}, abstract = {La educación contribuye a elevar la calidad de vida de las personas de múltiples y muy diversas formas, más allá del bien conocido efecto sobre los ingresos individuales. La evidencia empírica disponible sugiere que la educación fomenta el bienestar individual a través de sus impactos sobre el estado de salud, el control de la fecundidad, el desarrollo cognitivo de los hijos, las decisiones ocupacionales y las pautas de consumo y ahorro. Desde una perspectiva colectiva, la inversión educativa favorece, bajo ciertas condiciones, la adopción y difusión de tecnología, impulsa la reducción de las desigualdades en la distribución de la renta y la riqueza, e incrementa la cohesión social, promoviendo el desarrollo de sociedades más prósperas, democráticas y justas. El estudio de los efectos no monetarios de la inversión educativa es relevante para la determinación del valor económico de la educación, y debe ser tenido en cuenta tanto para el análisis racional de las decisiones individuales sobre educación como para el diseño y aplicación de políticas educativas.}, booktitle = {Revista de educación. 2003, n. 331, mayo-agosto ; p. 309-324}, keywords = {demanda de educación}, keywords = {presupuesto de educación}, keywords = {necesidad de formación}, keywords = {oportunidades educativas}, keywords = {nivel de vida}, keywords = {bienestar}, title = {Los beneficios no monetarios de la educación}, author = {Vila Lladosa, Luis Eduardo}, }