@article{11162/35805, year = {2006}, url = {http://hdl.handle.net/11162/35805}, abstract = {Tradicionalmente se ha creído que los niños requerían poseer una serie de habilidades perceptivas que han constituido el eje central del trabajo en la escuela durante largos años, dejando de lado las habilidades metalingüísticas, fundamentales según recientes investigaciones. Para inicias el aprendizaje de la lectura y la escritura es necesario desarrollar en e l lenguaje escrito, así como realizar un entrenamiento en conciencia fonológica. Para enseñar al alunado esta habilidad instrumental se han empleado diferentes métodos que han marcado la edad en la que iniciar dichos aprendizajes, siempre dentro de un marco educativo repleto de opiniones encontradas. La entrada en la escuela trae consigo un enriquecimiento importante, cualitativo y cuantitativo, del léxico que, a su vez, facilitará el aprendizaje lecto-escritor. Pero, por otra parte, el ingreso en la escuela puede acentuar las diferencias lingüísticas entre el alumnado de ambientes socioculturales altos y bajos. Eso hace más patente la necesidad de llevar acabo una intervención temprana que evite o mitigue estas diferencias sociales, de forma que los alumnos desaventajados tengan las mismas oportunidades académicas que otros compañeros mediante la adquisición del código elaborado que se emplea en la escuela.}, booktitle = {Bordón. 2005, v. 57, n. 5 ; p. 689-700}, keywords = {lectura}, keywords = {escritura}, keywords = {aprendizaje precoz}, keywords = {enseñanza inicial}, title = {Mi primer día en la escuela primaria y ¿ya sé leer?}, author = {Rodríguez Martín, Celeste}, }